Uno de los objetivos que todos buscamos en la vida –y para muchos es el primero- es la felicidad; es decir, ese estado de satisfacción espiritual y física que hace que, al final del día, uno pueda encontrase consigo mismo y decirse con sinceridad: estoy bien, contento y orgulloso con lo que soy… y soy feliz.
Para conseguir este estado de bienestar físico y espiritual hay dos elementos que señalamos en primer lugar: la familia y los amigos. Siempre hemos oído aquello de que “no somos islas” y desde nuestra más tierna infancia nos han dicho que vivimos y nos hacemos personas viviendo con otros, por eso no es de estañar que las relaciones familiares y sociales sean determinantes para ser felices.
Con independencia del momento y las circunstancias que nos toquen vivir, lo que para cada uno de nosotros es la felicidad es siempre algo muy personal y aquello que a uno le hace feliz, puede dejar indiferente o resultar hiriente para otros. No todos somos felices de la misma forma.
Aprendemos a ser felices y, en éste aprendizaje, la familia juega un papel muy importante: la educación que recibimos de nuestros padres –y, por consiguiente, la que damos a nuestros hijos– es clave para una vida adulta y saludable.
Educar en sentido etimológico quiere decir “dirigir”, “encaminar”, “conducir”, y hace referencia a la capacidad del educador para “desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.” para que alcance su máximo desarrollo espiritual, social y físico. Vallejo-Nájera cree que en este oficio de educar hay 5actitudes esenciales:
COMPRENDER: Conocer a los hijos, colocarse en su lugar, lo cual está lejos de secundar sus caprichos o dejarse tiranizar por sus demandas.AMAR: Valorar, dar tiempo, omitir chantajes sentimentales, decirles “te quiero” con palabras y gestos, tratarles consideradamente. Es imprescindible que entiendan que se les valora como personas y que siempre estaremos a su lado.PROTEGER: Poner límites, cuidarles y defenderles sin suplantarles o encerrarles. La protección se encamina hacia el desarrollo del sentido de la responsabilidad para que el niño experimente cómo se obra de un modoconsciente, libre y maduro.ENSEÑAR: Edificar habilidades personales y cualidades morales para hacer del niño un ser humano confiable y responsable.LIBERAR: Confiar, dar oportunidades sin condicionar el camino para abordarlas.
“Los retos educativos son más llevaderos y tienen más garantías de éxito a través de la pedagogía del amor, de los sentimientos nobles y las buenas maneras” (Alejandra Vallejo-Nájera).
Amor, sentimientos nobles, buenas maneras… propósitos que todos nos hemos hecho al menos una vez en la vida y que, metidos en el quehacer diario, se nos escapan. Entonces surge la pregunta: cuando estamos atrapados por las tareas de cada día y falta tiempo, tranquilidad y calma para disfrutar de cada instante ¿cómo hacemos para recuperar esas buenas maneras?
Necesitamos aprender a valorar justamente los acontecimientos de cada día. Según los expertos "el 95% del sufrimiento es inútil, lo creamos nosotros mismos" (María Jesús Álava en 'La inutilidad del sufrimiento'). La mayoría de las veces los problemas surgen de nuestra manera de enfrentarnos a ellos y no de los hechos en realidad: nosotros interpretamos, valoramos, juzgamos… y sentimos, gozamos o padecemos en función de nuestra interpretación de la realidad. En este sentido, hay que insistir una y otra vez que las emociones nos predisponen y que vivir la vida en clave positiva nos facilita ser felices.
Bernabé Tierno, psicólogo y escritor, señala 12 claves para programar la mente de forma positiva:
Por mal que estén las cosas, NO HAY QUE PERDER JAMÁS EL BUEN HUMOR, porque de lo contrario te debilitarás física y psíquicamente.
- Tu felicidad, tu bienestar, TU ALEGRÍA DE VIVIR NO TE VIENE DE FUERA, no depende de los demás ni de las circunstancias especialmente. Tú puedes proporcionártela cada día.
- ¡Ahora! en este mismo instante, CAMBIA EL “CHIP”, LA ACTITUD Y LA RUTINA PESIMISTA. Centra tu mente en lo que tienes, no en lo que te falta.
- Vive el presente, el hoy, aquí y ahora de cada día y disfrútalo, sean cuales fueren las circunstancias. NO PIERDAS NI UN MINUTO EN LAMENTOS.
- TENER MÁS COSAS NO ES SER MÁS, ni te garantiza la felicidad.
- LA FELICIDAD AUTÉNTICA NECESITA DAR, contagiar, hacer el bien y hacer felices a los
- demás.
- VIVE COMO PIENSAS, en paz y buen entendimiento contigo mismo y con los demás.
- Haz un inventario de todas las cosas buenas que te ha deparado la vida hasta hoy y DEJA
- EN EL OLVIDO TODO LO NEGATIVO.
- Pónselo fácil a la felicidad y ella no te abandonará ni en los peores momentos. DECÁNTATE POR LOS HÁBITOS SALUDABLES y por el disfrute de lo que tienes y eres.
- ¡QUIÉRETE, VALÓRATE, GÚSTATE, PERDÓNATE, HAZTE HOMENAJES! Y procura que la felicidad que vives en cada momento no quede sólo en ti.
- NO DEJES DE CULTIVAR CADA DÍA tu mente con los mejores pensamientos y tu alma con los mejores sentimientos.
- Recuerda que LAS CRISIS FORMAN PARTE DE LA VIDA DEL HOMBRE. Lo inteligente y práctico es aceptarlas y transformarlas en una oportunidad extraordinaria para fortalecernos y enriquecernos.
A modo de resumen, te presentamos 10 recomendaciones que, según los expertos, ayudan a ser más feliz.
- La felicidad no es un estado, es una actitud ante la vida.
- Hay que proponerse ser felices.
- Creer en nosotros mismos.
- Aceptar las cosas tal y como nos vienen. Somos humanos y, por lo tanto, cometemos errores.
- Ver los problemas desde la distancia. Anteponer los pensamientos a los sentimientos.
- Desear lo que tenemos y disfrutar de ello.
- Hacer lo que nos gusta. Buscar actividades que nos diviertan y nos permitan disfrutar del tiempo libre.
- Adoptar una actitud optimista ante la vida.
- Cultivar el sentido del humor. Es fundamental saber reírse de uno mismo.
- Apoyarse en la familia. Hacer cosas por los que están a nuestro lado.
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